miércoles, 6 de abril de 2011

Mis recuerdos.

La etapa de mi vida que nunca olvidare es aquellas vacaciones de semana santa en Utrera (Sevilla) que fui con mi padre y mi hermana, era la primera vez que me iva de vacaciones sin mi madre ya que ella no podía ir porque no tenia días de fiesta en el trabajo, nos costo mucho irnos ya que a ella tampoco le hacia mucha gracia que nos fuéramos los tres solos en un viaje tan largo y estar tantos días sin nosotros, pero al final cedió y decidimos irnos. La noche antes cenando estábamos muy callados, sin saber que decir. Ala mañana siguiente nos levantamos, nos despedimos de mi madre y pusimos rumbo a Sevilla para disfrutar de nuestras vacaciones favoritas, las de Semana Santa estaríamos asta el domingo de resurrección pero claro ninguno sabia lo que pasaría en unos días. Fueron bien los primeros cuatro días, el jueves santo por la tarde yo me fui con mi primo a su casa a jugar con el antes de irnos a ver la procesión que salia esa tarde, y cuando llego la hora de irnos, yo que tenia ocho años y como suele hacer un niño de ocho años pues le eche una carrera a mi primo y le ganaba la carrera hasta que ocurrió el momento que marcaría mi vida por completo cruce la calle corriendo y me atropello un coche, quede inconsciente después de caer al suelo y haber volado siete metros de distancia por el golpe del coche, al rato me desperté y me vi allí tirado en medio de la carretera rodeado de gente mirándome y hablándome a la vez diciéndome que estuviera tranquilo que no me moviera, y yo pensé que me quería ir de allí, que quería irme a mi casa para ir a ver la procesión que es lo que quería, pero intente levantarme del suelo para irme y me encontré con un problema, la pierna izquierda no me respondía y no podía levantarme, me eche las manos a la cabeza y me toque las orejas, y note como si tuviera sangre, tenia liquido cefálico saliendome por la oreja, debido al golpe en la cabeza, pensé que no saldría de allí, lo que pensaría cualquier niño de ocho años en una situación así hasta que en un momento oí llegar una ambulancia y un coche de policía, me subieron a la ambulancia y me llevaron al hospital intente dormirme para no ver ni escuchar nada de lo que estaba pasando, no quería estar hay, y desde aquel día todo han sido operaciones sillas de ruedas, muletas,etc. Pero aquí estoy recuperándome aun a mis quince años de aquel día de vacaciones de Semana Santa que acabó siendo el peor día de mi vida.

1 comentario:

  1. ¡Buf! ¡Vaya experiencia, Iván!
    La parte positiva es que de todo se aprende.
    Ojalá no tengas que volver a pasar nunca por algo parecido.

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